miércoles, 2 de mayo de 2012

La comunicacion globalizada

En los procesos de globalización no sólo intervienen los ámbitos tecnológicos y comerciales, en la carretera virtual de la información hoy corren todo tipo de documentos, ofertas, imágenes y propuestasSi bien es cierto que esta opción pareciera ‘democratizar’ los procesos de comunicación e información en el mundo y que todos tenemos las mismas oportunidades. Nada más falso.Es el proceso comunicativo global una frontera infranqueable para quienes no pueden acceder a los procesos tecnológicos —ya he comentado esto en el contenido de los artículos de la Sociedad de la Información— y esta situación no sólo los margina del resto del mundo, si no que los hace víctimas de los que tienen este acceso.
Pero, ¿en qué tanto afecta a los procesos culturales el tener acceso o no a las nuevas tecnologías? Si bien por un lado permite que se conozcan y se reconozcan los procesos de otros pueblos, culturas y civilizaciones, también trasmina en sus procesos a quienes las reciben.Esto es que, la tendencia actual, al sólo contemplar la globalización desde un punto meramente comercial y desde la perspectiva de las naciones con predominancia económica, olvidan u omiten las consecuencias que resultan de la invasión cultural, idiomática y de consumo que producen.
Todos los períodos de cambio en la historia de la humanidad conllevan a un cambio en la cultura, lo que además produce cambios en las costumbres e interacción de los individuos, este caso no es la excepción.Por ende, se producen cambios en la identidad cultural de las sociedades y de los pueblos; esto en sí no representa un problema si es que no va acompañado por la hegemonía que representa la ideología dominante, es decir la invasión cultural por los países desarrolladores e impulsores de las grandes tecnologías.Ante la inminente invasión de identidades culturales ajenas a las originales, nativas o propias, debemos contar son políticas de conservación, difusión y revalorización de nuestras culturas originales, de manera que éstas puedan convivir con armonía y cada una de ellas en el lugar que le corresponde en la sociedad.Los comunicadores, los divulgadores de las ciencias sociales, los maestros y todos aquellos que versen o transiten en el tema tienen que tener presente la realidad de lo cercano y la realidad de lo masivo, con una reflexión sobre la pluralidad de los ejes culturales, sin permitir el menoscabo de unas por las otras.Esto es que debemos aceptar la globalidad y lo que las nuevas tecnologías ofrecen, sin dejar de lado nuestra identidad y reforzando los espacios que se nos permitan para el desarrollo de la misma, sin caer en la tentación de invertir las situaciones y pretender que sean nuestras culturas originales las que dominen a otras, ya que con ello estaríamos repitiendo el esquema de colonización cultural que nos han impuesto.
Por otro lado, la defensa irracional de las identidades culturales nos somete al riesgo de quedar aislados en un proceso de comunicación intercultural e internacional, es decir global, que puede remitir nuestras realidades culturales a sólo el entorno del folclor o a lo costumbrista de nuestra cultura.Entonces, ¿qué hacer?; tal vez uno de los caminos está en pensar en la globalidad, no en la globalización, es decir que los procesos de interrelación e integración a los fenómenos globales tengan que pasar necesariamente por los tejidos y temas culturales, de manera que no sean sólo comercio y comunicación llana, sino que también transiten en lo social y humanístico.Que se denoten las diferencias entre las naciones para poder acceder a todas estas tecnologías con equidad, pero partiendo de las diferencias y que se permita a las sociedades en desventaja conocer, reconocer y utilizar estas tecnologías con respeto a sus decisiones nacionales o comunitarias y en los tiempos y procesos que sus modelos de organización les indiquen.De esta manera todos podremos hacer uso racional de las nuevas tecnologías, sin que por ello tengamos que perder nuestra identidad cultural o caer en los procesos colonizadores de aquellos que no reconocen y temen las implicaciones que representa el respeto a los derechos de culturas que les son —y les han sido— desconocidas y por ello incomprensibles.
Hagamos pues, de esta posibilidad de abolir fronteras, de acceder la información en tiempo real desde cualquier ámbito del planeta, de extender nuestros conocimientos, de desarrollar nuestras capacidades, de crear la aldea global que algunos hemos considerado como una panacea social.Resulta utópico, lo sé, pero podremos ser ciudadanos del mundo sin perder nuestra identidad cultural, sin perder nuestras raíces, nuestros orígenes, sin atentar a los nuestros derechos fundamentales, esto será posible si se le quita el alto grado —¿quizá ahora de más del 90%?— de la carga económico-financiera-comercial a la utilización de la carretera virtual de la información y se le dota, en contrapeso, de alto grado de contenido social y cultural, y para el desarrollo de los pueblos.

C. Critico
Es interesante saber como al paso del tiempo la comunicacion se va tranformando por diferentes factores como puede ser la tecnologia que esta avanza rapidamente y que gracias a esta ahorta tenemos varios metodos de comunicacion y como se va desarrollando o evolucionando.

Héctor G Coca

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